Escudriñar en el pasado ayuda a entender el presente.
En noviembre de 2011, agentes de la Policía Federal, en ese entonces bajo el mando de Genaro García Luna, deportaron a Nueva York, a un ciudadano iraní. El iraní en cuestión, enfrentaría ante una corte de Estados Unidos, una acusación por conspiración para contactar a la Guardia Republicana de Irán con el Cartel de los “Z”, ello, con miras a perpetrar un atentado con explosivos contra los embajadores de Israel y de Arabia Saudita en la capital estadounidense.
Genaro García Luna, no estuvo al margen de la conexión iraní
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, acusó el viernes pasado al fallecido líder de la Fuerza Quds, Qasem Soleimani, de estar detrás de uno de los complots que más cerca ha estado de involucrar al narcotráfico mexicano con el terrorismo islámico para atentar contra Estados Unidos, en un plan para hacer volar varias embajadas israelíes y asesinar al embajador de Arabia Saudita en Washington mediante un sicario de Los Zetas experto en autos bomba.
El “Yo pecador” que está a punto de declamar Genaro García Luna, causara escozor a algunos funcionarios de la 4T, que trabajaron o tuvieron algo que ver en este tema.
Durante casi seis años, el general Luis Rodríguez Bucio, jefe de la Guardia Nacional, trabajó bajo la coordinación de Genaro García Luna, dentro del Grupo Interinstitucional Contra Acciones Terroristas, GAT, como el enlace de la Sedena. Existe documentación que prueba esa relación subordinada, y un gran número de testigos que pueden corroborar su participación en el GAT y quién era el mando responsable de ese grupo y le asignaba las tareas que debía cumplir.
El caso García Luna mueve a una seria consideración:
Luego de finalizar su comisión en el GAT, el general Rodríguez Bucio fue trasladado al Centro de Inteligencia Antinarcóticos, el CIAN, en donde sustituyó al que era su jefe, el coronel Roberto Aguilera Olivera, que fue relevado debido a una investigación interna porque se presumían sus vínculos con el Cartel de Sinaloa, por una seria de fugas de información que impidieron la captura de Joaquín El Chapo Guzmán en las barrancas de Tamazula, allá, por la sierra de Durango.
¿En quiénes del Gabinete de Seguridad puede seguir confiando el Presidente Lopez Obrador?
Si el presidente López Obrador conociera la verdadera historia no le iba a gustar. Pongo un ejemplo. Los recientes embajadores de Estados Unidos en México Roberta Jacobson y Anthony Wayne, en un evento sobre México de la Brooking Institution, dijeron no sentirse sorprendidos por la detención de García Luna, ya que es como estar en el “Barrio Chino”, o sea un entorno criminal en el que todo puede suceder, incluso, tratar con delincuentes de alta talla sin saberlo.
El tiempo y lo que diga Genaro García Luna, lo dirán.