De acuerdo con el diario The Wall Street Journal de hoy, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presionó a su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para un cambio en su estrategia contra el narco. Muestra de ese ‘ajuste’ en la estrategia es que elementos de la Secretaría de Marina, considerados como agentes de élite, han regresado a operativos de detención de líderes criminales vinculados a algunos de los cárteles más poderosos del país.
El estilo personal de presionar de Trump a nadie debe sorprender.
Lo que resulta además de incómodo, preocupante, es que México está una vez más en su discurso de campaña de Donald Trump, y no es ocioso hacer elucubraciones en cuanto a que será su piñata favorita para darle de palos a nuestro país en busca de votos. Otro asunto que al presidente estadounidense le gusta de presumir frente a sus simpatizantes es el muro fronterizo, del cual dijo que para principios del próximo año tendrá más de 800 kilómetros construidos.
Sabido es que, desde su campaña presidencial, López Obrador, revivió el sueño americano.
En 1859, el gobierno de Benito Juárez firmó con el de Estados Unidos el Tratado McLane-Ocampo mediante el cual le vendía a perpetuidad a ese país el derecho de tránsito por el Istmo de Tehuantepec. A cambio, el gobierno juarista recibiría cuatro millones de dólares por dicho derecho y otro par de rutas más. Desde entonces, nuestro vecino del norte pensaba ya en una vía férrea en Tehuantepec para acelerar el transporte de mercancías entre los dos océanos.
¿A que le tiras cuando sueñas mexicano?
Como se dijo con antelación, el “sueño americano” para unir al Golfo de México con el Océano Pacífico a través del Istmo de Tehuantepec data desde la presidencia de Benito Juárez. Ahora, el Gobierno del Presidente López Obrador, anuncio que dispondrá de 362 millones 872 mil pesos del presupuesto de la federación para rehabilitar 132 kilómetros de la vía del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, como parte del proyecto que busca contener la migración centroamericana.
La sumisión y concesiones a Trump, no son el camino moral, pero sí el más cómodo para la 4T.
Nada en las trayectorias de Andrés Manuel López Obrador y de Donald Trump anticipaba la posibilidad de que se convirtieran en cómplices. Por el contrario, todo permitía suponer que la convivencia de sus presidencias constituiría un verdadero choque de trenes. Donald Trump se abrió camino a la Casa Blanca insultando a los mexicanos. Ahora. Con Lopez Obrador en la Presidencia de la Republica, Donald Trump se la pasa felicitándolo por sus buenos resultados.
Donald Trump reiteró que México está pagando el muro ¡y el corredor transístmico también!