El barco de la cuarta transformación está navegando hacia una tormenta perfecta.
De pronto, nos llegó una tormenta que nos recuerda que México sigue siendo un país petrolero, o cuando menos, vulnerable a los movimientos del precio del petróleo. La falta de acuerdo entre Arabia Saudita y Rusia provocó un terremoto en los mercados que quitó 25% de valor al oro negro y vapuleó el tipo de cambio del peso frente al dólar. La mezcla mexicana no operó ayer domingo, pero se cree que tendrá una caída hoy lunes a las 6 de la tarde y quedará en torno a los 27 dólares.
Lo peor que podía pasarle al Presidente López Obrador en su hoja de ruta esta por ocurrir.
El petróleo perdió 25 por ciento, su peor caída para un día desde 1991 y prende los focos de alerta sobre los planes y estimaciones que el Gobierno del Presidente Lopez Obrador, tiene para Pemex. El peso perdió más de 7% y traspasó la barrera imaginaria de los 21.65 por dólar. Esto importa porque los megaproyectos de la 4T se cotizan en dólares. En dólares se cotiza gran parte del presupuesto del aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.
Una economía en crisis podría cambiar, de manera radical, las preferencias electorales.
Una sacudida de la magnitud de la que estamos viendo, va a cambiar de modo importante las ecuaciones políticas en todo el mundo. En Estados Unidos, una crisis económica en el año electoral podría redefinir las perspectivas de la elección presidencial. Mexico está en estancamiento, pero en medio de estabilidad cambiaria y financiera, pero si ésta se rompe, y al estancamiento se suma la inestabilidad, habrá cambios significativos en las preferencias políticas.
En el sistema político-financiero, la confianza se rompe rápidamente
Arabia rompe con las tradicionales actuaciones coordinadas de la OPEP, tal como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha roto varios tratados internacionales. En Mexico, el presidente López Obrador, rompió, en una actitud similar, los contratos para obras de infraestructura, como el Nuevo Aeropuerto Internacional de México y detuvo de facto por sus propias inquietudes, las licitaciones para empresas privadas en el sector eléctrico y petrolero.
Millones de mexicanos están a punto de despertar de un ensueño que ha durado 15 meses.
En el mundo real, el que trasciende las “benditas” redes sociales, Arabia Saudita acaba de detonar una guerra de precios sobre el petróleo, tras el diferendo que tuvo con Rusia, que afectará negativamente y en el corto plazo las finanzas de Pemex, en las que el Presidente Lopez Obrador ha depositado todas sus esperanzas. Sin duda. El precio del petróleo va a la baja, y Pemex, incluso con los precios anteriores del petróleo, acaba de reportar mayores pérdidas que nunca.
En juego está la calificación de la deuda de Pemex y, quizá, la de la deuda soberana de México.