Hay tiempos de siembra y hay tiempos de cosecha, dijo el gobernador Quirino Ordaz Coppel en relación al espectacular en el que está la frase “Anímate Chuy”. En cuanto a sanciones o llamadas de atención a integrantes de su equipo que busquen hacer promoción a su imagen, dijo en tono de broma que hay quienes hasta se convierten en Santa Closes. Por último, el gobernador preciso que está ocupado en los resultados de ahorita y que la gente rechaza esas campañas anticipadas.
Dice el saber popular que el barbecho de enero, hace a su amo caballero.
Para quienes lo ignoran, barbechar, es arar la tierra y dejarla en reposo durante un tiempo para después poder sembrar. Durante el tiempo que está en barbecho la tierra no se abandona; en ella se realizarán labores que la preparan para la siembra en la siguiente temporada. Estas labores consisten en una pasada con un arado profundo que remueve la tierra, seguidas de varios pases del cultivador que sirven para arrancar las malas hierbas y poder hacer una buena siembra.
Poderoso caballero es Don Dinero.
Guste o no guste, en Sinaloa solamente hay un Chuy con peso político y pesos suficientes para barbechar, sembrar y obtener una buena cosecha electoral. Su nombre es de sobra conocido: Jesus Vizcarra Calderón. Aunque es un hecho que el empresario ganadero no precisa de este tipo de manifestaciones para posicionarse políticamente, la frase “Anímate Chuy”, ha servido para medir los ánimos de la sucesión y ver las reacciones de los grillos que pululan de Sinaloa.
Más allá de quien pueda ser el Chuy del espectacular, la vox populi ya le puso destinatario.
A quienes juran, perjuran y aseguran que ni Jesus Vizcarra Calderón, ni sus huestes tienen algo que ver con el espectacular colocado en la misma estructura en donde aparecía el dicho lopezobradorista del “me canso, ganso”, vale la pena recordarles que los hilos de las contiendas electorales los maneja un titiritero en un ambiente controlado y desde un lugar distinto en el que se mueven las marionetas con el propósito de crear efervescencia en el imaginario colectivo.
El “Anímate Chuy”, nos recuerda la paradoja de la serpiente que se muerde la cola.
La paradoja de la serpiente es una paradoja de tipo condicional basada en una suposición. Dice así: Si una serpiente empieza a comerse su cola y acaba comiéndose absolutamente todo su cuerpo, ¿Dónde estaría la serpiente, si está dentro de su estómago, que a su vez está dentro de ella? La paradoja de la serpiente se ha utilizado desde tiempos remotos en diferentes lugares del mundo, de manera filosófica, religiosa y política para expresar el retorno de las cosas.
La paradoja de la serpiente ilustra el daño que puede causarse uno mismo por su modo de ser.