Opinion

Crónicas de la Cuarta Transformación 14-12-19

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Por Leopoldo Martínez Velarde 14 Diciembre 2019

Columna de Leopoldo Martínez

Información es poder.

Mejor no podría quedar esta frase a Genaro García Luna. Detenido en Estados Unidos, acusado de nexos con el narcotráfico, habría sido durante varios años el policía de políticos y delincuentes y que no sólo tenía a su mando 40 mil efectivos, sino que contó con un presupuesto histórico. García Luna no sólo acumuló poder, pues cuentan que aprovechó para “escuchar y grabar a aliados y enemigos”. Una importante selección de audios es el as bajo la manga de Genaro García.

Para entender el nuevo show que está armando Washington, recurramos al siguiente axioma: 

Estados Unidos no combate el tráfico de drogas. Lo administra según sus intereses geopolíticos, los cuales cambian por las circunstancias y la visión de quien ocupe la sala Oval de la Casa Blanca, pero con una constante: Consolidar su supremacía, con un procedimiento que, en última instancia, les permita controlar el tráfico de drogas desde las montañas y valles sudamericanos hasta las pandillas estadounidenses, pasando por los cárteles que operan en todo Mexico.

Genaro García Luna, siempre ha contado con la protección de las más altas instancias del poder.

En el rol desempeñado por Genaro García Luna se encuentra la explicación de cómo fue posible ensamblar en Mexico una orquesta inmunda y corrupta en la que tocaban al unísono, aunque en distintas escalas, gobernantes, militares, policías, empresarios, políticos, capos, representantes diplomáticos, académicos e intelectuales orgánicos, opinadores, publicistas, activistas y agentes del FBI, la DEA, la CIA, el ICE y la ATF, destacados a lo largo y ancho del territorio nacional.

Dice un dicho un poco escatológico “la caca flota” y esto es lo que está a punto de ocurrir.

En el Gobierno de Vicente Fox, con García Luna a la cabeza, el narcotráfico se instaló hasta la cocina en Los Pinos. Un ejemplo: Nahúm Acosta Lugo, su jefe de giras, era socio y amigo de Arturo Beltrán Leyva, con quien hablaba por teléfono frecuentemente para informarle sobre los planes y pasos que daba el Presidente. Otro ejemplo: Alfonso Durazo, el actual Secretario de Seguridad Pública, conocía muy bien a ese grupo de trabajo porque era el secretario privado de Vicente Fox.

Este tema podría ser el prolegómeno de una crisis política y policiaca del país.

Si García Luna, incurrió en las conductas ilícitas que le atribuye el mismo gobierno que lo ensalzó, lo premió y lo acogió como residente en su territorio, y lo considero como aspirante a obtener la nacionalidad estadounidense fue porque sirvió a sus intereses y porque contó con protección del poder político en Mexico y en Estados Unidos. La información que posee Genaro García Luna, es el as bajo la manga del exsecretario de Seguridad y aportara muchas hebras de donde jalar.

Haber pactado un “nuevo esquema de cooperación”, no blinda a nadie de un ataque futuro.


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