El ejemplo clásico de voz de mando en una organización militar es el siguiente: “Atención… ¡firmes!”. En este caso, el superior primero pronuncia la voz de mando preventiva, avisando al subordinado que debe estar preparado para ejecutar una acción. Segundos después, expresa la voz de mando ejecutiva que obliga al subordinado al desarrollo de la acción. El resultado de esta voz de mando es que el soldado debe adoptar la posición de firme que implica estar inmóvil.
La posición fundamental de ‘firmes’ se desarrolla desde la posición a ‘discreción’.
Cuando se ordena: Atención...firmes, en ese momento el subordinado ejecuta los siguientes movimientos para configurar esta posición: Se cuadra con rapidez. Permanece inmóvil y callado. Tiene los talones alineados y juntos. El peso repartido sobre ambos pies. El pecho hacia fuera con naturalidad. Los hombros a la misma altura y hacia atrás. La cabeza levantada. La mirada hacia adelante. Los brazos a los lados del cuerpo, ligeramente arqueados y hacia arriba.
A la voz de “¡Vista al... frente!” todos los subordinados deben fijar la vista hacia adelante.
La noción de voz de mando se emplea para nombrar a la autoridad y la facultad de liderazgo que dispone alguien sobre sus subordinados. Lo habitual es que la idea de voz de mando se utilice en el ámbito militar pero también se utiliza en el civil. En este contexto, y pasando al ámbito político de Sinaloa, la voz de mando puede ser preventiva para llamar la atención del subordinado y anticipar lo que se va a realizar y la ejecutiva ordena la acción o inacción en cuestión.
En asuntos de poder los cálculos siempre deben ser con amplitud de miras.
El gobernador Quirino Ordaz Coppel reiteró a sus funcionarios que si alguien quiere hacer proselitismo, que se vaya y dejen sus cargos. El titular del Ejecutivo estatal manifestó que es respetuoso de las aspiraciones de cada persona, son legítimas, sin embargo, dejó claro que no va a permitir que los servidores públicos hagan campañas con cargo al erario. Agregó que será firme y contundente, y no permitirá que nadie falte a lo que la ley marca porque todo tiene su tiempo.
A todos conviene marchar al paso de “Puro Sinaloa”.
Como Gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel logro arrancar una administración en equilibrio con grandes grupos de poder que lo apoyaron: Sus parientes los Coppel; los Jesuses, Aguilar y Vizcarra; unas cuantas posiciones extra para Juan Millán, el PRI estatal, etcétera. Dejó para sí mismo los dos pilares de poder: El dinero y la política interna. Una para su amigo, Carlos Ortega Carricante y la otra para el viejo conocido de la familia, Gonzalo Gómez Flores.
Quien no entienda que el “poder no se comparte”, tendrá que afrontar las consecuencias.