“¿Por qué el perro mueve la cola? Porque es más listo que su cola. Si la cola fuera más lista, la cola movería al perro”. Con esta frase que hace alusión al control que pueden llegar a tener los estrategas políticos sobre la conducta de la ciudadanía, comienza la película estadounidense Wag the Dog (1997), cuando faltaban tan solo unos días para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, en donde, debido un escándalo, estaban bajando las cifras de apoyo al Presidente.
Nada nuevo en la cartelera cinematográfica de Palacio Nacional.
Wag the Dog, es una película que muestra una verdad que hoy en día vivimos los mexicanos. La manipulación mediática con fines político - electorales, nos lleva a concluir que nada es lo que parece. El film ofrece un eficaz método para desviar o modificar a la opinión publica de acontecimientos relevantes para un país como el nuestro con sucesos “transcendentales” que, en muchos casos, las conferencias mañaneras, por ejemplo, carecen de relevancia e importancia.
De la teoría de la conspiración a la teoría de los mediocres solo hay que dar un paso.
Utilizando algunos recursos de la comunicación política como el storytelling, la retórica emocional, la creación discursiva de un antagonista, la formación de un vínculo emocional con un héroe, la canalización del ánimo social en una causa común; todo esto sumado con el apoyo de las benditas redes sociales, como formadoras de opinión pública, nos dan a conocer el aspecto de manipulación de masas que ocurre cuando se cuenta alguien que “sabe mover los hilos”.
Ya lo dijo Alfonso Durazo: “O le atoramos juntos o fracasamos en conjunto”.
Durante la 45 sesión ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Publica, Alfonso Durazo, pidió a los Gobernadores combatir la corrupción que ha logrado infiltrarse a los más altos niveles de las corporaciones policiales, desviación que denominó “crimen uniformado”. También les advirtió que, aun cuando se amplíe sustancialmente la Guardia Nacional, la estrategia no funcionará si persisten las debilidades en las policías locales de cada una de sus entidades.
La surrealista orden presidencial está dada.
En su conferencia mañanera de este 18 de diciembre, el Presidente Lopez Obrador, reiteró que no pretende ordenar una investigación en contra de Felipe Calderón. Empero. Pidió a los ciudadanos “organizarse y juntar firmas si quieren que en México se inicie un proceso penal contra el expresidente por su presunto encubrimiento a Genaro García Luna”, a quien una corte federal en Estados Unidos, acusa de ofrecer protección al Cártel de Sinaloa durante su sexenio.
Para complacer a míster President, habrá que juntar firmas para enjuiciar a Felipe Calderón.