El Ejercito no está para servir a quienes hacen la historia, sino al servicio de quienes la padecen.
El sometimiento político castrense en México se definió mediante un complejo conjunto de reglas escritas y no escritas que se forjaron hace más de 100 años. La nueva casta castrense que se está formando es la que debe estar más que agradecida con el Presidente López Obrador porque, entre otras cosas, les ha dado amplias garantías de privilegio e impunidad, por lo que difícilmente volverán a los cuarteles para mejor aplicarse en la obra pública y otros menesteres.
La emergencia por el coronavirus ya se avizora como un problema de Seguridad Nacional.
Cuando los tiempos lo indiquen, el manejo de la crisis del coronavirus pasará de manera paulatina pero inexorable al Ejército, la Marina-Armada, pero en especial a la Guardia Nacional que tendrá un papel protagónico. Para lo que viene será clave que las Fuerzas Armadas, en especial el Ejército, tengan preparado un plan de acción evite, en lo posible, improvisaciones de su Comandante Supremo, para no quedar mal los mexicanos y, por supuesto, ante la Patria.
Nuevamente será el Ejército quien tenga que dar la cara ante una contingencia.
Como en otras contingencias, los Altos Mando de soldados y marinos tendrán que hacer malabarismos con sus efectivos para cumplir otra orden presidencial, pues además de la construcción de instalaciones estratégicas y sucursales bancarias, de apoyar en el programa Sembrando Vida y de encabezar el proyecto de la Guardia Nacional, las Fuerzas Armadas, tendrán bajo su mando una cadena hospitalaria para atender a la población afectada por el coronavirus.
Ser optimista en tiempos del coronavirus no es sencillo.
El Presidente Lopez Obrador, apuesta por una variante del Plan DN-III para afrontar una inminente contingencia, y así echar mano de los servicios médicos militares. Sin embargo. No se puede obviar que muchos otros hospitales del sector salud, están para llorar. Vendrán tiempos complicados. Hacemos votos para que salgan adelante en el cumplimiento de su Misión. Empero. Hay que destacar que, si lo logran, no será gracias al narcisista que habita en Palacio Nacional
Si las cosas salen bien, el Comandante Supremo podrá asumirse como Salvador de la Patria.
Con la novedad que el Presidente López Obrador entregará al Ejército y a la Marina, diez hospitales “terminados, pero no equipados o sin personal”. Cito textualmente al Comandante Supremo: “Estoy instruyendo a la Secretaría de Hacienda para que se le entregue presupuesto al Ejército, así como este hospital nuevo. Tenemos diez que están terminados, pero que no están equipados, que están terminados y equipados, pero faltan los médicos, los especialistas”.
Si salen mal las cosas, el Presidente Lopez Obrador ya tendrá a quien culpar en una mañanera.