Hábil y productivo para imponer agenda mediática el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió escalar ayer su narrativa para darnos a todos “el avión” y eclipsar con la fantasiosa historia de la rifa del avión presidencial, ese que ‘no lo tiene ni Obama’, los verdaderos problemas del país, como son la inseguridad, la creación de empleos y, lo más reciente, la implementación del nuevo Insabi, que cada día hace que millones de mexicanos extrañen al Seguro Popular.
El Presidente Lopez Obrador pone el tema y no queda más remedio que darle el avión.
En realidad, aun no se sabe a ciencia cierta si el avión presidencial se venderá, se intercambiará, se rentará o se rifará. En el supuesto caso de que el Presidente Lopez Obrador se decida por rifársela con la rifa de la polémica aeronave, tendrá que reconocer que una operación tan inédita como compleja requerirá la participación de varias dependencias del Ejecutivo, en donde los funcionarios públicos de las mismas tendrán que firmar y responsabilizarse de las consecuencias.
La rifa del avión presidencial es el distractor ideal para esta, y las próximas semanas.
Lo que en un principio se pensó que la rifa del avión era una broma distractora en la mañanera de ayer se convirtió en una ridícula realidad. Sin embargo. Es pertinente aclarar que, por ley, la Lotería Nacional no puede rifar premios en especie, solo en efectivo. Empero. Para el Presidente Lopez Obrador lo que diga la ley, como en otros casos, esta taxativa es tan solo una nimiedad. La solución para abrir los candados legales siempre los tiene a la mano: Cambiamos la ley, y ya.
Si en el corto plazo no aparece un comprador, la rifa del avión seria la salvación.
Por si las dudas. El gobierno de la cuarta trasformación avanza rápidamente en los preparativos para optar por una rifa como la forma más inmediata de deshacerse del avión presidencial. Ante las preguntas acerca de los inconvenientes legales para realizar el sorteo, el Presidente Lopez Obrador, admitió que implicarán, de entrada, adecuar el marco legal con el fin de eliminar el impedimento jurídico que prohíbe que la Lotería Nacional, sortee y entregue premios en efectivo.
Siguiéndole el rollo al Presidente Lopez Obrador, me pregunto: ¿Y si me gano el avión?
Aunque parezca una ironía, seguramente millones de incrédulos mexicanos que, ilusionados con el rollo presidencial se harán la pregunta de lo que harían si su cachito saliera premiado en el magno sorteo del avión. Hipotéticamente hablando. Si yo me ganara el avión, viviría atemorizado: impuestos, tramites interminables y, lo más preocupante, siendo millonario, correría el riesgo de que mi persona o familia pudieran ser víctimas de la delincuencia organizada.
¿Qué será de mi existencia si lo único que le preocupa al Presidente Lopez Obrador, es que se “desgracie” quien se gane la rifa del avión presidencial?