El regreso de los militares a los cuarteles.
Por Carlos Flores Pompa 22 Septiembre 2022
La Plomada
La decisión que el ejército
continúe en las calles realizando labores de seguridad pública es un tema
complejo más de lo que se aprecia a simple vista, pero para poder entenderlo se
debe analizar el contexto que en la actualidad guarda la seguridad pública y
realizar prospección sobre los posibles escenarios que esto podría traer a
nuestro país.
La Guardia Nacional ya fue
anexada a la SEDENA, ahora se tiene que hablar de ella como “el ejército”, por
lo que ya no se puede, al menos legalmente, considerar como una institución
independiente y para efectos reales deberá correrá la misma suerte que el
Ejército Mexicano sufra o goce, de acuerdo con las decisiones o disposiciones
que el Poder Ejecutivo o el Poder Legislativo realicen para ellos, la propuesta
de extender la presencia militar en las calles fue rechazada en la cámara alta,
lo que implica que por lo menos hoy continuara la fecha fatal de regresar a los
militares a sus cuarteles en el 2024 y en esta ocasión sin una policía civil
que realice esa labor, lo que denota una falta de capacidad en la
administración actual y desconocimiento del tópico seguridad.
Muchas personas afines a la 4T
buscarán culpar a quienes no apoyaron la propuesta del presidente Andrés Manuel
presentada en este caso por la gente de Alito Moreno a cambio de impunidad,
porque recordemos que esa ha sido la moneda de cambio también en esta
administración, pero es justo analizar que quien originalmente fijo la fecha
fatal fue el propio Presidente de la República, pero la situación no para ahí,
durante este sexenio fueron retirados los fideicomisos como SUBSEMUN y FORTAMUN que eran destinados para
fortalecer a las policías locales, lo que devino en un decaimiento de las
mismas corporaciones con la no renovación de equipamiento, la no capacitación y
la no contratación de nuevos elementos. Este sexenio se dedicó a golpear y
debilitar a las policías municipales y estatales, sacrificándolas para enfocar
todos los recursos en la formación de una Guardia Nacional que se supone debió
estar bajo mandos civiles, hecho que desde su creación pudimos observar que
jamás ocurrió, aunque la propaganda institucional siempre se esforzó por
hacerlo ver de esa manera, ahora esta nueva institución es adherida al ejército
y sufrirá la suerte del mismo al ingresar a los cuarteles en 2024, por lo que
la responsabilidad de origen recae sobre la 4T, porque al fijar esa fecha debió
de haber contemplado y trabajado en el fortalecimiento de las policías que
suplirían las labores de seguridad que hasta hoy aún realizan las fuerzas
armadas y no se hizo.
El Transitorio Constitucional
el cual mediante decreto se reforman, adicionan y derogan diversas
disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en
materia de Guardia Nacional. Publicado en el Diario Oficial de la Federación el
26 de marzo de 2019 en su párrafo quinto dice textualmente: “Durante los cinco
años siguientes a la entrada en vigor del presente Decreto, en tanto la Guardia
Nacional desarrolla su estructura, capacidades e implantación territorial, el
Presidente de la República podrá disponer de la Fuerza Armada permanente en
tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada,
subordinada y complementaria.” Este transitorio entró en vigor al día siguiente
de su publicación lo que implica que para el 27 de marzo de 2024 el ejército
deberá salir de las calles y ya no realizará funciones de seguridad pública, lo
que dejará un vacío a nivel federal. La pregunta es ¿cómo nuestro presidente
subsanará esa ausencia provocada por el mismo? Pues no se debe olvidar que el
promovió la anexión de la GN a SEDENA; ¿Qué panorama nos espera sin una policía
civil a nivel federal y las locales en endeble situación? Al final, todo esto
es solo el resultado de su incapacidad en este rubro que aseguró conocer cuando
era candidato, hoy vemos que definitivamente no dijo la verdad.
Por
otro lado, el que ocupó los reflectores locales y nacionales fue el Senador
sinaloense Mario Zamora, primero debido a que evitó fijar postura hasta el
último momento y con ello hizo que la atención se fijara en él, aumentando
conforme los números se iban cerrando;
En segundo lugar por la solicitud del Exgobernador de Sinaloa Quirino
Ordaz donde conminaba a Mario Zamora a apoyar la extensión del plazo que
mantendría a los militares en las calles; En tercera por el desplegado pagado
supuestamente por la dirigencia del PRI en el periódico “El debate” donde se utilizó de forma dolosa el nombre y
supuesta autorización de los diputados, representantes y sectores priistas del
estado, buscando presionar al Senador para apoyar la iniciativa que extienda el
plazo a la milicia hasta 2028, firmas y autorizaciones que fueron negadas en
medios y redes sociales por los señalados como firmantes, dejando claro que
dicho manifiesto no fue apoyado por la base priista y de haber sido ellos
quienes pagaron la inserción en el periódico, que la presidenta del PRI Cinthia
Valenzuela no trabaja para dicha base, sino
que lo hace para los intereses exclusivos del Exgobernador y hoy
embajador en España; y por último, el Senador priista captó la atención de los
focos nacionales al votar en contra de dicha propuesta mostrando congruencia y
temple ante la presión ejercida por su presidente de partido y el mismo
Secretario de Gobernación de quien se mencionó se instaló en un hotel cercano
al Congreso para platicar de manera personal con cada uno de los Senadores que
no habían manifestado una posición, bien por el Senador.