RAICES EN LA MUSICA
Por Rubén Medina 11 Julio 2020
Construyamos México
A través de la lengua ancestral de los incas, la
peruana Renata Flores canta en quechua y reivindica un idioma
cargado de estigmas fusionando ritmos folclóricos con el trap y el pop. Con
su arte reflexiona sobre el cuidado del medio ambiente y empodera a la mujer. Sunqullay significa
gracias en quechua, y es la palabra que Renata Flores tatuaría
en los labios de todo el mundo para conseguir un cambio positivo en la
sociedad. “Sunqullay es como ‘desde lo más profundo de mi corazón’,
es más sentimental y así es el quechua”, sostiene la cantante de 19
años desde su casa en Ayacucho. En esas cuatro paredes improvisa un set de
grabación en el que versiona canciones al quechua en un
intento de hacer que los jóvenes se interesen por una lengua que
se resiste a morir. Es así como hits musicales de Billie Eilish cobran vida en
una danza de palabras que muy pocos entienden, pero que hacen que una nueva
generación se deslumbre por ella.
“Estoy
en un proyecto que se llama Pitaq Kani que significa ‘¿Quién soy?’. Íbamos a
los colegios y hacíamos conciertos para que los niños y jóvenes puedan cantar
música de Ariana Grande, Cher o Cardi B. Muchos se olvidaban de los
prejuicios que tiene el idioma”, confiesa Renata quien debido a la pandemia
llevó el proyecto al terreno digital.
Por estos días, Renata Flores transforma el invierno en
primavera y se reinventa. Pese a que el lanzamiento de su primer disco
Isqun quedó en stand by, perfecciona el trabajo que
presentará este año y que posiciona a la mujer como una fuente inagotable de
fortaleza a través de la historia. “Me voy a enfocar en la mujer
indígena, el mestizaje, e incluso en mujeres guerreras que han sido muy
importantes en la independencia como María Parado de Bellido”, sostuvo “la
diosa del quechua”.
Su
sello personal es la fusión de la música andina con ritmos como el pop
y el trap, un camino casi inexplorado y en el que fue pionera. “Empecé con
el pop, después con el electro, pero siempre quería que haya un charango o esa
esencia de la música tradicional. Ya había escuchado el trap gracias a Bad
Bunny y otros artistas latinos y sentí que era lo que quería”. Además
de la peculiar amalgama de melodías, el trabajo de Renata pone en vitrina su
natal Ayacucho, aquella provincia golpeada por el terrorismo en la década
de los 80, pero que sirve de locación para sus videoclips. “En
Mirando la misma Luna estamos en Wari, un lugar arqueológico que
lamentablemente todavía no está completamente descubierto. Queríamos mostrar
que es tan impresionante como
Machu Picchu”.
Renata rescata de las cenizas el idioma de
nuestros antepasados y aviva la llama para que la lengua ancestral de
los incas renazca en una generación joven. “Me gustaría que reivindiquemos
nuestro pasado. Es hora de darnos cuenta que venimos de un imperio
grande, de una cultura milenaria y que eso no debe perderse”.
Pd: En Latinoamérica nuestras raíces culturales
son de una amalgama natural; donde la música juega un papel de portador en la
historia de los pueblos, busquemos nuestra esencia, raíz para trascender con
orgullo a través de nuestros antepasados: Mayas, Incas, Aztecas. Escucharle es
ampliamente recomendable…
Elaboración: Mario
Muguerza