En el chat, altos mandos militares discutían una ataque que estaba por suceder
Una filtración de mensajes privados de altos funcionarios de seguridad de Estados Unidos ha expuesto planes secretos de ataque contra los rebeldes Hutíes en Yemen. La información fue publicada este miércoles por la revista The Atlantic, desatando una crisis en la administración estadounidense y aumentando las tensiones en Medio Oriente.
De acuerdo con el medio, los detalles de la operación militar fueron compartidos accidentalmente en un chat de la aplicación Signal, utilizada comúnmente por funcionarios gubernamentales para mantener la privacidad de sus conversaciones. En el chat, altos mandos militares discutían una inminente ofensiva contra los Hutíes, el grupo rebelde respaldado por Irán que ha intensificado sus ataques en el Mar Rojo contra buques comerciales vinculados a intereses occidentales.
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El incidente ocurrió cuando el secretario de Defensa de EU, Pete Hegseth, compartió documentos confidenciales en un grupo privado de Signal. Sin embargo, debido a un error del asesor de seguridad nacional Michael Waltz, el editor en jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, fue añadido al chat, lo que le permitió acceder a información clave sobre la operación.
Los mensajes revelados detallaban ataques planificados contra posiciones estratégicas de los hutíes, incluidas zonas clave en la capital Saná y el puerto de Hodeidah. El objetivo de la operación era debilitar la capacidad militar de los rebeldes y evitar que continuaran lanzando misiles contra barcos comerciales en una de las rutas marítimas más importantes del mundo.
Según The Atlantic, la revista recibió los mensajes filtrados apenas dos horas antes del inicio previsto del bombardeo, lo que generó un debate sobre si la filtración podría haber comprometido la seguridad de la operación. Posteriormente, Waltz confirmó en el chat que el ataque había sido exitoso y que el objetivo estaba en un edificio que se derrumbó tras la ofensiva.
La publicación de la filtración provocó una reacción inmediata por parte de la Casa Blanca, que calificó el reporte de The Atlantic como un “engaño” y acusó al medio de exagerar la importancia de los mensajes. Sin embargo, el Consejo de Seguridad Nacional confirmó la autenticidad de los textos, lo que generó dudas sobre la veracidad de las declaraciones de la administración estadounidense.
“El contenido publicado no incluía información clasificada”, aseguraron altos funcionarios, en un intento de minimizar el impacto de la filtración. No obstante, expertos en seguridad han advertido que la divulgación de estos detalles podría comprometer futuras operaciones militares y poner en riesgo a las tropas estadounidenses desplegadas en la región.
Por su parte, el Departamento de Justicia ha iniciado una investigación para determinar cómo se produjo la filtración y quiénes estuvieron involucrados en la exposición de información confidencial.