Opinion

Llega la reforma laboral a Sinaloa: ¿Qué pueden esperar los trabajadores?

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Por Ricardo Fuentes Lecuona 11 Octubre 2022

Así las cosas

Tras la prórroga que aprobó el H. Congreso del Estado al inicio de actividades del Centro de Conciliación Laboral de Sinaloa, el pasado día lunes 3 de octubre abrieron, en Sinaloa y todo el país, los nuevos Centros de Conciliación y Tribunales de Justicia Laboral.

La vida sindical en México ha sido infame por su opacidad, su falta de procesos de voto verdaderamente abiertos y democráticos, y la influencia exacerbada de los líderes sindicales sobre los contratos colectivos y la vida de los trabajadores. 

El sistema laboral mexicano ha sido señalado por organizaciones locales e internacionales como uno de los peores en la región. Este mal estado en el que se encuentra la vida laboral en México ha brindado menores tasas de sindicalización, baja productividad laboral, desconfianza entre los trabajadores, y un sentido de estancamiento y putrefacción de un sistema arcaico que, en su momento, tuvo su razón de ser.

La reforma laboral es uno de los compromisos más importantes que hizo México durante las negociaciones del nuevo tratado de libre comercio, ya que nuestros mayores socios comerciales desean más seguridad y transparencia en las relaciones empresa-sindicato. Esto se debe a una realidad económica en la que las empresas norteamericanas son uno de los mayores generadores de empleo formal en el país, por lo que tuvieron que enfrentarse constantemente a los problemas del sistema de justicia laboral desde su entrada a la esfera económica nacional hace ya algunas décadas. 

La reforma, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1o de mayo de 2019, promete un cambio drástico a la vida laboral colectiva y las relaciones entre los sindicatos y empleadores a través de un nuevo sistema de justicia, que presenta un renovado enfoque en la conciliación y busca desincentivar las largas y tediosas demandas y pleitos legales, además de un nuevo énfasis en la libertad y la democracia sindical, con la meta de que exista una mayor participación directa de los trabajadores en las negociaciones, y sean los intereses de ellos mismos los que se depositen en las urnas y decidan, en conjunto, lo mejor para la mayoría de los trabajadores y no sólo los altos escaños de los sindicatos.

Los trabajadores sinaloenses pueden esperar que el nuevo sistema laboral incentive la conciliación como primera herramienta ante los desacuerdos entre sindicatos y empleadores. Por primera vez, la balanza del poder en las negociaciones

sindicato-empleador se inclinará considerablemente hacia el lado de los trabajadores, otorgándoles una importantísima herramienta de negociación y una nueva esperanza a los miembros de organizaciones sindicales a vivir la democracia y la libertad, que por generaciones han sido pilares intrínsecos de los movimientos obreros y campesinos, no sólo en México, sino en todo el mundo.