No se mata la verdad matando periodistas
Por Juan Francisco Lagarda 27 Enero 2022
#NoSeMataLaVerdadMatandoPeriodistas
Jamás me he considerado parte del gremio periodístico, siento que mucho
le falta a un opinólogo que escribe cada que se le ocurre algo, para ser
considerado parte de este gran y honorable gremio, sin embargo, cuento con la
dicha de tener muy buenos y queridos amigos y amigas que si son parte y que
siempre me han hecho sentir como si fuera parte de la familia, y es por eso que
el día de hoy me tomó la libertad de escribir estas líneas, para lo poco o
mucho que puedan servir.
Y es que lo que le está pasando a los periodistas de nuestro país no
tiene nombre; la noticia de la muerte de la periodista Lourdes Maldonado, cala
y cala hondo, sobre todo porque fue ella misma quien en varias ocasiones dio
aviso a las autoridades sobre las amenazas que recibía constantemente y en
repetidas ocasiones solicito protección, la cual fue entregada de manera
insuficiente e ineficiente, puesto que el atentado del que fue víctima tuvo
lugar en la entrada de su domicilio, lugar donde Lourdes se sentía más
vulnerable, y así se lo manifestó en reiteradas ocasiones la propia periodista
a Sonia de Anda quien funge como consejera del Sistema Estatal de Protección a
Defensores de Derechos Humanos y Periodistas de BC.
Lourdes es la tercera periodista que ha sido asesinada en lo que va de
este 2022, junto con Margarito Martínez y José Luis Gamboa significan no solo
un número, sino la afirmación de que en México hacer periodismo es considerado
un trabajo de alto riesgo.
Acorde con el balance 2021 de reporteros sin fronteras, México, por
tercer año consecutivo se convirtió en el país con más periodistas asesinados,
y al parecer las autoridades mexicanas no han hecho nada para revertir esa
situación, y para muestra el terrible enero que está viviendo el periodismo
mexicano.
Ayer por la tarde, me encontré una publicación muy triste, con algunas
fotografías de las mascotas de la periodista Lourdes Maldonado, esperando el
regreso de su dueña, quien desgraciadamente ya no podrá volver a casa, y digo
que es una publicación muy triste, no solo por la expresión en los rostros de
los animalitos, sino también porque regularmente, como sociedad no vemos lo que
pasa después, si, leemos las notas, escuchamos los noticieros donde se habla
del suceso, pero no vemos, ni dimensionamos lo que significa la muerte de un
periodista, y no es solo el hecho de que el asesinato constituye un atentado a
la libertad de expresión, sino que también queda un enorme agujero en una
familia mexicana que pierde a uno de sus integrantes, la verdad es que me fue
imposible no pensar en las familias de todos aquellos que han sido asesinados
en el cumplimiento de su labor, me fue imposible no acordarme de mi amigo Tony
Gamboa y de la frustración que sentí al enterarme de que después de mucho
tiempo de mantener la esperanza de que fuera encontrado con vida recibimos la
triste noticia de que había sido asesinado, pero sobre todo me fue imposible no
preocuparme por mis amigos que actualmente se desempeñan en esta profesión,
personas valientes y entregadas a su quehacer quienes día a día salen a
conseguir la nota. Y, por cierto, el día de hoy me dio mucho gusto ver que
ellos mismos inundaron las redes sociales con mensajes de luto, mensajes de
protesta y critica a los pésimos mecanismos de protección a periodistas, y
sobre todo mensajes en defensa de sus vidas y las de sus compañeros.
El mes de enero ha sido un mes negro para el periodismo de nuestro país,
es de suma importancia que las autoridades hagan algo al respecto, los
asesinatos a periodistas tienen que parar.
#NoSeMataLaVerdadMatandoPeriodistas